Estando aún en el colegio Alba le compartió el evangelio a Julian, lo cual encendió la llama de Dios en su corazón. Un poco más tarde se enamoran y se casan, recibiendo el llamado de Dios a alcanzar su generación.

Alba se reconoce por su tranquilidad y sabiduría, los que la conocemos sabemos la paz que transmite estar a su lado, de verdad mucha paz. Ella disfruta acostarse en un prado y mirar el cielo al atardecer.

Julián por su lado es el más inquieto de los dos, genera buenas ideas y disfruta mucho compartir con sus amigos. Es un hombre aventurero y enérgico, le gustan mucho los juego de competencia.

Ellos son una pareja enamorada de la palabra de Dios y de su presencia. Sueñan con ver miles de vidas transformadas a través de este ministerio.